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1 de cada 3 españoles tiene problemas con sus vecinos y 1 de cada 10 toman medidas legales contra este problema.

En el 70% de los casos los problemas que se dan en las comunidades de vecinos están debidos al exceso de ruido por parte de estos. Hay algunos problemas muy comunes como los instrumentos musicales (el piano es el más conflictivo), las terrazas nocturnas con música alta o los animales domésticos.

Pero también se han dado conflictos derivados de situaciones más extrañas, como un reloj de cuco que hacia la vida imposible a un vecino, o un gato que se coló por las terrazas y terminó metiéndose en la cuna del bebe de la familia de al lado.

Todos los problemas pueden resolverse mediante acuerdos de vecinos, solo hace falta la voluntad de ambas partes para solucionar el problema. Por ejemplo, una comunidad de vecinos llegó a un acuerdo para establecer un calendario de fiestas para el piso de estudiantes que estaba alquilado.

Sin embargo, hay veces que las partes no llegan a ningún acuerdo. En este caso, si el vecino o dueño del local no disminuye ni cesa el ruido, primeramente se deberá informar al presidente de la comunidad para apercibir al vecino en cuestión. Si eso no diese resultado y persistiesen las molestias, el siguiente paso sería recurrir a la vía legal interponiendo una demanda.

Para poder probar los hechos es fundamental encargar una medición acústica, que se trata de un informe técnico que medirá, a base de un sonómetro, el nivel de ruido para constatar si supera o no los niveles permitidos legalmente (65 decibelios de día y 55 de noche).

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