En el ámbito judicial, la precisión y la veracidad de la información son muy importantes…
Las malas praxis médicas se pagan y se pagan caras, porque pueden dejar graves secuelas al paciente. Este es el caso de una clínica de Málaga y uno de sus cirujanos que han sido condenados a pagar un total de 62.510 euros por practicar una mala liposucción a una de sus clientes, sentenció este mes un juzgado de esta ciudad.
Según recoge la sentencia, la asociación El Defensor del Paciente, quien presentó la demanda civil, explicó que la mujer, de 62 años, pagó 15.000 euros por la cirugía, pero no recibió ninguna factura. Tras la operación, que duró alrededor de cinco horas, la mujer padeció de vómitos y cansancio, por lo que tuvo que ser ingresada dos noches. Pero al parecer el principal problema vino cuando se sacó el vendaje y comprobó que tenía deformaciones en las mejillas y el cuello, pliegues, cicatrices e incluso limitación en la movilidad del cuello. Por eso, el cirujano le recomendó realizar varias sesiones de drenaje linfático, que no dieron resultado.
Los problemas no se quedaron allí porque, según los demandantes, la mujer desarrolló un trastorno depresivo reactivo, por lo que desde mayo del 2007 inició un tratamiento psiquiátrico. Además, para intentar corregir las secuelas, pidió la ayuda de otro cirujano estético de Francia que le presentó un presupuesto de 8.000 euros.
Sin embargo, el cirujano argumentó que la mujer conocía perfectamente los riegos de la operación, tal como firmó en un papel, que tan solo pagó 7.7.04 euros por la cirugía, que tras la intervención le envió una carta para mostrarle su satisfacción y que desarrolló el estado depresivo por un problema de salud de su hijo y no a raíz de la cirugía.
Finalmente, la justicia dio la razón a la paciente en vez del cirujano. En este tipo de juicios son decisivos los peritos médicos para que el juez pueda evaluar si existió mala praxis médica y resolver el caso.
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